
El discurso bifóbico
En este artículo nos centraremos en hablar acerca del discurso bifóbico, aún muy presente a día de hoy, proporcionando también formas de desmontar los mitos más comunes acerca de esta orientación sexual.
Cuando hablamos de bifobia nos referimos a un tipo específico de discriminación que sufren las personas bisexuales por el hecho de no ajustarse a la monosexualidad (término que hace referencia a sentir atracción hacia personas de un solo sexo/género), y ser capaces, por tanto, de sentirse atraídas tanto por personas de su propio sexo/género como también de otros.
El discurso de bifobia puede presentarse por un lado en forma de invalidación, invisibilización o negación de la bisexualidad y, por otro lado, en forma de estereotipos. Al igual que ocurre con la transfobia, la bifobia no solamente la ejercen personas ajenas al colectivo LGTB, sino que también la perpetúan algunos gais y lesbianas, lo que provoca que muchas personas bisexuales en ocasiones no se sientan del todo a gusto en espacios LGTB.
Como se acaba de mencionar, una de las formas en que se manifiesta la bifobia es mediante la invalidación, invisibilización o negación de esta identidad. Uno de los motivos por los que esto ocurre es la desinformación de gran parte de la población sobre este tema, ya que es la más invisible de las orientaciones sexuales. Además, se nos ha educado para pensar que solo podemos sentir atracción hacia un sexo/género, por lo que para algunas personas la bisexualidad puede resultar difícil de entender o de asimilar.
Esto provoca que mucha gente no crea en la existencia de esta orientación, o que piensen que aquellos que se consideran bisexuales están en realidad confusos sobre su orientación, que están experimentando para posteriormente decidirse por una u otra, etc. Son ideas que se relacionan también con la creencia extendida de que la bisexualidad es una fase pasajera; si bien es cierto que, para algunas personas gais y lesbianas, identificarse temporalmente como bisexual les sirve de puente para llegar a la completa aceptación de su identidad de forma más gradual, no hay que generalizar en base a estos casos. La idea subyacente en todo esto es la de que en el fondo las personas solo pueden ser heterosexuales u homosexuales, que además de ser errónea perpetúa la invisibilización de este colectivo. La bisexualidad es una orientación real, válida e independiente de las demás, con la que se identifican muchas personas, y con la que se seguirán identificando el resto de su vida.
Otro fenómeno común de invisibilización es el que se da cuando personas que son abiertamente bisexuales son consideradas desde fuera como homosexuales o heterosexuales en función del sexo/género de la pareja que tengan en ese momento, incluso aunque anteriormente hubiesen salido con personas de un sexo/género distinto al de su pareja actual. Esto es algo que les ocurre incluso apersonajes públicos, que se ven obligados a reiterar cuál es su orientación real cuando se dan estas equivocaciones. En ocasiones esta asunción de heterosexualidad u homosexualidad ocurre incluso si la persona está soltera, a veces en función del sexo/género de su última pareja, o siguiendo cualquier otro razonamiento que invisibilice su bisexualidad. Es importante entender que las personas bisexuales siguen sintiéndose atraídas por personas de más de un sexo/género independientemente de que esté en una relación con alguien, dado que la orientación sexual es una característica intrínseca e individual de cada persona.
Además de todo lo anteriormente mencionado, la bifobia también se manifiesta en forma de estereotipos y creencias que alimentan la discriminación y el rechazo que sufren las personas bisexuales, incluso por parte de quienes sí la identifican como una orientación existente. A continuación encontramos algunos de los más comunes:
- “Las personas bisexuales son promiscuas”. No es raro escuchar comentarios sobre lo “viciosas” que son las personas bisexuales, o lo dispuestas que están a hacer tríos. En el caso de mujeres, esto además tiene como consecuencia que sean objeto de sexualización por parte de algunos hombres heterosexuales. La realidad es que ninguna de estas características es inherente a la bisexualidad, sino que va en función de cada uno. Al igual que existen personas heterosexuales y homosexuales promiscuas y otras que no lo son, con el colectivo bisexual ocurre lo mismo.
- “Las personas bisexuales son infieles”. Relacionado con el punto anterior. Esta creencia da lugar a que algunas personas no se muestren muy abiertas a tener una relación con hombres o mujeres bisexuales por miedo a que les sean infieles o les dejen por alguien de distinto sexo/género. Este miedo es irracional, ya que al igual que con la promiscuidad, es algo que depende más de la persona que de su orientación sexual.
- “A los bisexuales les deben gustar por igual hombres y mujeres”. Existe la creencia de que para ser realmente bisexual no se puede tener preferencia por ningún sexo/género, e incluso que deben irse alternando los de las parejas que tengan; pero realmente muchas personas bisexuales tienen algo de preferencia por un sexo/género, que puede o no ir cambiando con el tiempo, y no por ello se es menos bisexual.
- “La gente bisexual liga el doble”. Al igual que a las personas heterosexuales y homosexuales no les atraen todas las personas del sexo/género que les interesa, a las bisexuales tampoco les gusta absolutamente todo el mundo; tienen preferencias personales, y pueden ser más o menos exigentes, y ligar más o ligar menos, al igual que cualquier otra persona. De nuevo, es algo independiente de la orientación sexual.
Hay que tener en cuenta que estas creencias son estereotipos, no realidades, y perpetuarlos solo contribuye a que se siga difundiendo una imagen errónea del colectivo bisexual, lo que acaba repercutiéndoles negativamente en sus vidas.
Es muy común para las personas bisexuales escuchar comentarios como todos estos cuando tienen que salir del armario o simplemente si surge el tema con cualquier grupo de personas, siempre enmascarado en forma de opiniones personales, debates o preguntas “inofensivas” que en la realidad no hacen más que incomodar y perjudicar a quienes los reciben. Lo más importante siempre es respetar las identidades de las demás personas y, si es necesario hacer preguntas, intentar formularlas con consideración y dejando a un lado prejuicios.
Para concluir, queremos resaltar la importancia de identificar este discurso como algo dañino y animaros a cuestionarlo ya que, por inofensivo que parezca, contribuye a la invalidación de la identidad de muchas personas.Os invitamos a contactar con nosotros si sois objeto o testigo de algún tipo de bifobia para que podamos tener un registro más completo de esta problemática y así poder buscar soluciones.