
Manifiesto de la Junta Directiva elegida el 31 de marzo de 2021
Las personas LGTB y todas aquellas que vivimos fuera de la normatividad compartimos muchos de los problemas que afectan al conjunto de la sociedad. Temas como la sanidad, la educación, el empleo o la vivienda atraviesan nuestra realidad. Además, vivimos en un contexto que continúa marcado por la LGTBfobia, una forma específica de discriminación que nos convierte en personas de segunda clase a ojos del resto, que pretende que nos avergoncemos de quiénes y cómo somos y que se organiza en discursos de odio con un único objetivo: revertir los derechos que hemos conseguido en los últimos años. No lo vamos a permitir, ahora, más que nunca es necesario pasar a la acción.
En la Comunidad de Madrid se siguen produciendo INCIDENTES DE ODIO contra las personas LGTB. Muchas veces no llegan a denunciarse por vergüenza o por haber interiorizado que “merecemos” esa violencia y trato discriminatorio. Tenemos que seguir conquistando y defendiendo nuestro espacio y desterrar del ámbito público y privado estas actitudes.
Las reivindicaciones del activismo LGTB están siendo cuestionadas por algunos sectores que históricamente considerábamos aliados. Determinados grupos autodenominados “feministas” y movimientos que se consideran como “izquierda” dirigen sus ataques especialmente hacia las PERSONAS TRANS Y NO BINARIAS, sumando fuerzas con sectores tradicional y explícitamente reaccionarios. Es urgente posicionarse y recordar que el feminismo es de todas las mujeres o no es feminismo. Apoyaremos la lucha para la aprobación de una “LEY TRANS ESTATAL”, que abarque y reúna las necesidades de las realidades trans.
Aunque hayamos decidido militar y organizarnos de forma estratégica para atender mejor nuestras necesidades, los feminismos y los movimientos LGTB son luchas hermanas y surgen de la misma raíz, es la misma opresión la que nos afecta: el machismo y el patriarcado. Exigimos a los feminismos que adopten, defiendan y se unan a nuestros reclamos en la teoría, en la práctica, a la hora de elaborar leyes, en el debate público… pero ¿y al revés?, ¿somos feministas en el movimiento LGTB? No nos referimos a acudir puntualmente el 8M o el 25N, ni de intentar cuidar cuotas y lenguaje en nuestros colectivos. Hablamos de ser y vivir feministas, y adoptar y defender cada una de sus reivindicaciones con la misma implicación y convicción que les exigimos. Un FEMINISMO PARA TODAS es el único camino.
CULTURA Y EDUCACIÓN son imprescindibles para alcanzar una sociedad justa. Transformar desde la base, colocar los cimientos que modifiquen el imaginario colectivo, cotidianizar nuestras experiencias y colocarlas en el centro es clave para que nunca más nos dejen fuera. Le pese a quien le pese, en las aulas se tiene que conocer y vivir la diversidad. No podemos otorgar a las familias el privilegio de vetar nuestra existencia. Decimos no al VETO PARENTAL.
Estamos viviendo una PANDEMIA que, además de un grave problema de salud, ha supuesto un deterioro de nuestras relaciones sociales y familiares. Hemos perdido el acceso a ciertos espacios seguros, de socialización y formas de ocio que permitían a muchas personas LGTB ser ellas mismas, y vivir, experimentar y disfrutar todo lo que no podían ser en casa, en el trabajo, o en la calle. Por todo ello, es más urgente que nunca recuperar nuestros espacios y encontrar otros nuevos, CREAR NUEVAS FORMAS DE ENCONTRARNOS, de estar juntas y compartir tiempo y experiencias.
La posibilidad de que la LGTBfobia ocupe un cargo en nuestras instituciones es una amenaza real. Tenemos la responsabilidad de explicar que la Comunidad de Madrid no puede ser sin nosotras. Es el momento de estar más unidas que nunca, el momento de evolucionar y revolucionar, de luchar juntas contra la LGTBfobia. Desde nuestras casas, nuestros barrios, nuestras calles, nuestras agrupaciones, nuestras comunidades, es el momento de movilizarse, de continuar transformando la sociedad para vivir una realidad más justa y feliz. La revolución no es el objetivo, es el camino, el aquí y el ahora.